16 Absorbe los sentidos en el corazón

Cuarta técnica para centrarse: Bienaventurada, conforme los sentidos son absorbidos en el cora­zón, alcanza el centro del loto.

Este método sólo puede ser usado por las personas orientadas al co­razón. Primero comprende qué es una persona orientada al corazón.

Alguien que está orientado al corazón, todo lleva al corazón vive sin razona­miento. La persona orientada a la cabeza. La razón es lo primero, y luego viene el amor.

Obsérvate a ti mismo. En muchas situaciones, observa cómo actúas. ¿Estás involucrado con el corazón, o estás involucrado con la cabeza?

Todo el mundo in­tenta sentir que es una persona muy amorosa, sen­sible: porque el amor es una necesidad tan básica que nadie se puede sentir a gusto si ve que no tie­ne amor.

Nunca han pensado en ello: en qué tipo de persona son. Sólo tienen concepciones vagas sobre sí mismos, y esas concepciones en realidad son sólo imagina­ciones. Tienen ciertos ideales y auto imágenes, y creen -o más bien, desean- que son esas imágenes.

Hay escuelas, colegios, universidades para adies­trar la mente, pero no hay ningún lugar para adiestrar el corazón. Y el adiestramiento de la mente resul­ta provechoso, pero el adiestramiento del corazón es peligroso. Si tu corazón está adiestrado, te vol­verás absolutamente inadecuado para este mun­do, porque el mundo entero funciona mediante la razón.

En realidad, cuanto más civilizado se vuelve el hombre, menos y menos es adiestrado el cora­zón. La oración orientada al corazón se ha vuelto absolutamente desconocida para el hombre tal como es en Occidente.

La meditación es más tendente a la mente, la oración es más tendente al corazón.

Bienaventurada, conforme los sentidos son absorbidos en el corazón, alcanza el centro del loto.

¿qué hay que hacer en esta técnica? Conforme los sentidos son absorbidos en el cora­zón... ¡Prueba!

¡Toca! Cierra los ojos; toca cualquier cosa. Toca a tu amada o amante, toca a tu hijo o a tu madre o a tu amigo, o toca un árbol o una flor, o simplemente toca la tierra. Cierra los ojos y siente una comunicación de tu corazón a la tierra, o a tu amada. Siente que tu mano es simplemente tu co­razón extendido para tocar la tierra. Deja que la sensación del contacto se vincule al corazón.

Siente que no tienes cabeza. Es bueno tener una foto tuya sin la cabeza en el dormitorio. Siente la música llegando a tu corazón; deja que tu corazón vibre con ella. Siente más y más que todos los sentidos van al corazón y se disuelven en él.

Bienaventurada, conforme los sentidos son ab­sorbidos en el corazón, alcanza el centro deL loto.

El corazón es el loto. Los sentidos no son otra cosa que la apertura del loto, los pétalos del loto. Prime­ro, vincular tus sentidos al corazón. Se­gundo, cada sentido va a lo profundo de tu corazón y es absorbido en él.

Este loto del corazón te dará un centro. Una vez que conoces el centro del corazón, es muy fá­cil bajar al centro del ombligo.

Desde el corazón, la puerta se abre hacia el ombligo. Una vez que estás absorbido en el ombligo, has ido más allá del corazón.

Jesús podía decir: «El amor es Dios.» No es exactamente correcto, pero el amor es la puerta. El amor importa; el objeto del amor no importa.

Si te enamoras de alguien, ese al­guien se vuelve divino. Tarde o temprano, la cabeza destruirá todo el asunto, porque la cabeza entrará y tratará de dirigirlo todo. Y una vez que la cabeza di­rige, todo es destruido.

Si puedes estar enamorado sin que entre la di­rección de la cabeza, tu amor está abocado a con­vertirse en oración y tu amado se convertirá en la puerta.


Y recuerda: la técnica es tan sólo un medio, no un fin en sí misma. Una vez se reconoce la esencia, el Ser que ya Eres, puedes soltar la técnica y reposar.

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