15 Cierra todos los orificios de la cabeza


Tercera técnica para centrarse: Cerrando las siete aberturas de la cabeza con las manos, el es­pacio entre los ojos llega a incluirlo todo.

Cie­rra todas las aberturas de la cabeza: los ojos, los oídos, la nariz, la boca.

Si dejas de respirar un momento, de pronto tu mente se parará: porque con la respiración la men­te sigue adelante. Eso es un condicionamiento de la mente. Comprender lo que significa «condicionamiento».

Dos procesos de pen­samiento -dos procesos cualesquiera- se pue­den llegar a asociar tanto que si empiezas con uno, el otro también es activado.

Según Pavlov, toda nuestra vida es un proceso condicionado. La mente es un condicionamiento. Así que si paras algo en el con­dicionamiento, todas las demás cosas asociadas también se paran.
Por ejemplo, nunca has pensado sin respirar.

Si dejas de respi­rar de repente, el pensamiento también se deten­drá. Y si los siete agujeros -las siete aberturas de la cabeza- son cerrados, tu consciencia de pron­to no podrá salir. Permanece dentro, siempre has ido hacia fuera por esas aberturas. Permaneces dentro, y con tu consciencia permaneciendo den­tro, este espacio llega a incluirlo todo.
Pue­den suceder muchas cosas. La primera es descu­brir que el mundo entero está en ti.

En el momento en que conoces este espacio interno, has conocido lo inmortal.

Es muy sencilla y no es muy peligrosa. Puedes usarla muy fácilmente, y no hay necesidad de cerrar los orificios con las manos. Lo necesario es cerrar, así que puedes usar tapones para los oídos y una máscara para los ojos. Lo que importa es cerrar los orificios de la cabeza completamente durante algunos momen­tos: unos pocos momentos o unos pocos segun­dos. Pruébalo. No lo practiques: sólo es útil súbi­tamente.

Sigue, a menos que se vuelva absolutamente insoportable. Y cuando sea absolutamente inaguantable, no podrás seguir cerrando los orificios, así que no es necesario preocuparse. La fuerza interna abrirá de golpe todos los orificios. Por lo que a ti respecta, continúa. Cuando llegue la asfixia, ése es el momento: por­que la asfixia romperá las viejas asociaciones. Si puedes continuar durante unos pocos momentos más, estará bien. Será difícil y arduo, y te parecerá que te vas a morir; pero no tengas miedo, porque no puedes morir. No puedes morir tan sólo por cerrar los orificios. Pero cuando sientas que ahora te vas a morir, ése es el momento.

Si lo practicamos a diario, entonces no sucederá nada. Simplemente inténtalo siempre que puedas.

Puedes usar tapones para los oídos, una más­cara para los ojos, pero no uses tapones para la na­riz o para la boca, porque puede llegar a ser letal. Al menos la nariz debería permanecer abierta. Ciérrala con las manos. Entonces, cuando estés realmente perdiendo el sentido, las manos se aflo­jarán y la respiración entrará.

Y recuerda: la técnica es tan sólo un medio, no un fin en sí misma. Una vez se reconoce la esencia, el Ser que ya Eres, puedes soltar la técnica y reposar.

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